Hace poco reunida con un empresario al que admiro mucho y con quien tuve la oportunidad de trabajar me dedicó una inesperada definición. » Lo que pasa Luciana es que tú eres una fresca» » Y eso es bueno? » Le pregunté con la misma cara del emoji desconcertado. A lo que él respondió » Por supuesto que sí, fresca de mente y de actitud porque en esta vida no hay que tener roche ni falsas poses para ir y tomar lo que queremos» Mientras manejaba de regreso a mi oficina pensaba en mi nuevo piropo y cuanto mas lo procesaba, mas me gustaba. Sí pues, nunca lo había visto desde ese ángulo, pero si hago un análisis de las cosas mas importantes que he podido construir en la vida, por supuesto que hay mucho esfuerzo y trabajo detrás pero también harta dosis de atrevimiento. Porque la frescura en el buen sentido de la palabra no solo te permite aprovechar oportunidades sino sobre todo crearlas.
Si ir tras tus sueños y preferir pedir perdón antes de pedir permiso es ser fresco, repitamos juntos con orgullo SOY FRESCO, no como el queso desabrido sino como una lechuga crespa recién lavada y llena de color y con harto aliño.
Sabes Luciana, algo así siempre les he estado hablando a mis hijos.
Stephano tiene 19 años,( estudia en Isil y trabaja en KFC), Bregelle 16,( termina este año) y el menor Ian, 13, que esta en 2do de sec.
Así como te definieron como «fresca» es justamente como les inculco que sean, algo así como desfachatados,
» Conchudez» en el mejor sentido de la palabra, que no tengan roche cuando se presenten las oportunidades, que traten de estar un paso adelante que sus competidores y, aunque para mi, la vida no es una competencia, tampoco es permitir que nuestros hijos sean unos quedados!
Personalmente, también me considero «fresco»…..saludos !